Inteligencia Emocional en Nutrición

Según Daniel Goleman, el 80% del éxito en nuestras vidas está dada por la buena gestión de nuestras emociones y esto también aplica a los resultados que queramos obtener con relación a nuestra salud y bienestar. Las emociones juegan un papel importante en nuestras vidas.

Se ha visto que hay relación entre la mala gestión de las emociones y una mala alimentación. Por ejemplo, la tristeza, ansiedad o la irritabilidad, al no ser expresadas de forma adecuada, es decir, actuando de forma impulsiva, descontrolada o excesivamente controlada; dichas emociones pueden expresarse en forma de insatisfacción con el propio cuerpo, provocando a su vez una baja autoestima. Es por ello que personas con dificultades emocionales puede manifestar problemas con la alimentación y desarrollar conductas alimentarias desadaptativas como el hambre voraz o la inhibición de la ingesta.

¿Y cómo podemos gestionar las emociones?

La Inteligencia Emocional: Es la capacidad para identificar, entender y gestionar las emociones correctamente de un modo que facilite las relaciones con los demás y la consecución de metas y objetivos, el manejo de estrés o la superación de obstáculos. Por eso, es tan importante entrenarla.

Así, la inteligencia emocional es fundamental para mejorar nuestra capacidad de reconocer qué emociones tenemos en relación con la comida. Nos ayuda a identificar el motivo real por el que elegimos un alimento. Gracias a ella podremos ser capaces de identificar nuestras señales de hambre y saciedad; y cómo estas pueden estar relacionadas con determinadas emociones. Y por supuesto, la inteligencia emocional ayuda a tener autocontrol, a decidir qué alimentos consumir y en qué momento.

Cuando usamos los alimentos para calmar nuestro estado emocional, a esto se le llama alimentación emocional.

Comer es una conducta que libera numerosos neurotransmisores, como la dopamina, que nos hacen sentir bien. Por lo que, aunque después puedan aparecer sentimientos de culpabilidad, la recompensa y la sensación de bienestar inmediata ayudan a disminuir la emoción de angustia que provoca la ansiedad.

De esta manera, aunque no siempre seamos conscientes de ello, es muy probable que en aquellos días que nos resulten estresantes o angustiosos acabemos por consumir comidas poco saludables pero que nos hacen sentir bien.

Numerosos estudios sugieren que nuestras decisiones, acciones, emociones y comportamiento dependen en un 95% del pensamiento que se da de manera inconsciente y solo un 5% la parte consciente.

Por eso es tan importante el autoconocimiento o conocimiento de uno mismo en la toma de decisiones.

Ya lo decía Sócrates: CONOCETE A TI MISMO.

Conciencia emocional: La capacidad de reconocer el modo en que nuestras emociones afectan a nuestras acciones y la capacidad de utilizar nuestros valores como guía en el proceso de toma de decisiones. Este es el primer paso para realizar cambios en nuestra vida, nuestra salud y alimentación.